Alejandra Mendez sobre Niño cacharro, de Mauro Lo Coco



Sobre Niño cacharro, de Mauro Lo Coco
zindo & gafuri, 2010. 





En niño cacharro, libro que salió en el 2010 por la editorial Zindo y Gafuri. Su autor, Mauro Lo coco, potencia esa capacidad suya de sorprendernos.
Desde el Título, en su casi paronimia, es dos veces pequeño, dos veces criatura, en una reiteración que se comprende a lo largo del libro. Donde no existe una entrada o una salida desde la lógica estandarizada, sino que sigue una lógica distinta, es la lógica del jugar  a la manera de los videojuegos. La vida hecha pantalla con puntajes, bunus, misiones, pérdidas y ganancias.
Los Elementos  de trabajo retornan desde las declamaciones del habla cotidiana, con los diferentes registros que ofrece el universo real (del Real lacaniano) y aparecen cosas como estas:

Equilibrio tronco

 push start button saltá
el pan medio kilo
a tu derecha
las mejores ofertas
yo te conozco Joao
o jogador polémico
Joao
a gambeta religiosa
¡llegaste a la cocina
te ganaste una
patineta y un cuarto de bofe!
mmm Varolio
la media roja donde estaba
en el baño
oh
ah

la verdad
no me la esperaba
gracias a esta producción
tan linda
que nos trató bárbaro

Siguendo a kristeva  podemos decir que en el arte “No se busca la verdad en el sentido del discurso de lo real, sino que se  busca lo verosímil, es decir, sin ser verdadero sería el discurso que se asemeja al discurso que se asemeja a lo real” en un extrañamiento de la lengua como artificio. El autor no se contenta con mostrar o decir lo que acontece sino que pretende otra cosa más allá. Es algo de este orden lo que se deja ver  en niño cachorro: es la forma de desaprender lo aprendido, eso que nos permite jugar y ser jugado. Lugar que posibilita captar lo paradojal del arte creando un lenguaje otro, en el momento de la apertura significativa.
Desde el juego a modo insistente, con lo inocente y lo impuro de lo infante, esto que Lo coco recoge y salva del habla diaria, esto que parece sumergirnos en lo banal, es lo que recrea para entregárnoslo de otra manera. Lo bobo en apariencia se vuelve astuto.

Lo coloquial no nos tranquiliza, al contrario, nos descoloca en su apodíctica estructura de la no estructura.
No hay lugar en niño cachorro que logre un lector cómodo porque no le interesa ese lector.  Sino que producen todo lo contrario desde su forma, que es la no forma, genera el desconcierto y la incertidumbre  y es acá donde aparece lo poético, justamente, desde los escombros del lenguaje.  Cito:

oración matinal

arriba el sol su busto
el general el general
me conoce y vela por mí

reverencia

gracias por este día

que no me chupan
los colchones

En una clara operación posmoderna va desarmando la materia del lenguaje para armarlo nuevamente.
En definitiva:  
se juega, se pasa de nivel, se gana, se pierde, se vuelve a jugar.
                           

                                                                                            
Alejandra Mendez.
Junio 2014.










                                                                                                                        

No hay comentarios:

Publicar un comentario