Fernando Molle sobre Adagia, de Wallace Stevens


PARTES DEL TODO (fragmento)



Wallace Stevens fue un poeta pensador, cuya obra es una vaivén entre los polos de la imaginación y la realidad. Su libro póstumo Adagia es un clásico secreto del siglo XX. Publicado en 1957, dos años después de la muerte del gran poeta norteamericano, reúne fragmentos y aforismos sobre la creación poética, cuyo modelo estilístico son los proverbios de Erasmo (la atenta traducción es del poeta Patricio Grinberg). Si algunas de las definiciones punzantes de Adagia han pasado al acervo de la poética moderna (“La lengua es un ojo”, “Un cambio de estilo es un cambio de tema”), es porque Stevens, como quería Baudelaire, alcanza una de las prerrogativas del genio: crear el lugar común. No pocos fragmentos se centran en una de la obsesiones de Stevens: el arte como sucedáneo de la experiencia religiosa, luego de la “muerte de Dios”. Stevens reflexiona casi siempre sobre “la poesía” o “el arte” en general, no sobre escritores o libros puntuales. Esto podría dificultarle la angulación del juicio, acercarlo a la arbitrareidad generalista. Pero Stevens nunca es gratuito: da en el clavo una y otra vez con una pasmosa naturalidad. 


Fernando Molle

Review. Revista de libros N° 9. Septiembre - Octubre 2016

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